Nadie está en estado de gestación en el espacio, pero los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) están usando los ultrasonidos para mirar dentro de ellos mismos como parte de un proyecto de la NASA llamado ADUM, siglas en inglés de "ADvanced Ultrasound in Microgravity" (Ultrasonido Avanzado en Microgravedad).
El Dr. Scott Dulchavsky, cirujano del Hospital Henry Ford en Detroit, encabeza el proyecto. Su equipo, que incluye a los co-investigadores Doug Hamilton, Shannon Melton y Ashot Sargsyan de Laboratorios Wyle, en Houston, estudia cómo pueden usarse los ultrasonidos para diagnosticar problemas médicos a bordo de las naves espaciales.
Aquí en la Tierra, los doctores pueden observar los huesos rotos con un aparato de rayos-X, pueden buscar tumores con un escáner para TAC, y pueden examinar el cerebro mediante una IRM. Ninguno de estos abultados instrumentos está disponible en naves de la NASA.
Sin embargo, hay un aparato de ultrasonidos a bordo de la EEI.
Los ultrasonidos ofrecen varias ventajas: comparados con otros instrumentos de diagnóstico por imágenes, los aparatos de ultrasonidos son compactos y livianos. Esto es importante en naves en las que el espacio no sobra, donde cada kilogramo de carga útil tiene un coste de lanzamiento. Además, las imágenes de ultrasonidos aparecen al instante. No tiene que esperar, por ejemplo, a que se revelen las placas de rayos-X. ¿Tiene un problema? Los ultrasonidos pueden localizarlo rápidamente.
Un sensor de ultrasonidos funciona un poco como un radar. Envía ondas de sonido a alta frecuencia (megahertz) al organismo. Cuando esas ondas encuentran un órgano -por ejemplo, el hígado- algunas rebotan inmediatamente, y algunas continúan, rebotando cuando alcanzan el órgano siguiente (por ejemplo, el riñón). Puesto que las ondas viajan a través de cada órgano, o tejido, a distinta velocidad, el sensor puede "ver" lo que las ondas de sonido reflejadas han encontrado.
Típicamente, los ultrasonidos se han usado para ver los órganos internos. Se usan a menudo para examinar fetos. Pero Dulchavsky y su equipo están ampliando su repertorio. Están desarrollando formas de observar los ojos, dientes, pulmones, huesos y músculos. Consideran que los ultrasonidos puede usarse para casi dos terceras partes de una lista de aproximadamente 500 condiciones médicas que hipotéticamente pudieran ocurrir en una nave espacial.
El Dr. Scott Dulchavsky, cirujano del Hospital Henry Ford en Detroit, encabeza el proyecto. Su equipo, que incluye a los co-investigadores Doug Hamilton, Shannon Melton y Ashot Sargsyan de Laboratorios Wyle, en Houston, estudia cómo pueden usarse los ultrasonidos para diagnosticar problemas médicos a bordo de las naves espaciales.
Aquí en la Tierra, los doctores pueden observar los huesos rotos con un aparato de rayos-X, pueden buscar tumores con un escáner para TAC, y pueden examinar el cerebro mediante una IRM. Ninguno de estos abultados instrumentos está disponible en naves de la NASA.
Sin embargo, hay un aparato de ultrasonidos a bordo de la EEI.
Los ultrasonidos ofrecen varias ventajas: comparados con otros instrumentos de diagnóstico por imágenes, los aparatos de ultrasonidos son compactos y livianos. Esto es importante en naves en las que el espacio no sobra, donde cada kilogramo de carga útil tiene un coste de lanzamiento. Además, las imágenes de ultrasonidos aparecen al instante. No tiene que esperar, por ejemplo, a que se revelen las placas de rayos-X. ¿Tiene un problema? Los ultrasonidos pueden localizarlo rápidamente.
Un sensor de ultrasonidos funciona un poco como un radar. Envía ondas de sonido a alta frecuencia (megahertz) al organismo. Cuando esas ondas encuentran un órgano -por ejemplo, el hígado- algunas rebotan inmediatamente, y algunas continúan, rebotando cuando alcanzan el órgano siguiente (por ejemplo, el riñón). Puesto que las ondas viajan a través de cada órgano, o tejido, a distinta velocidad, el sensor puede "ver" lo que las ondas de sonido reflejadas han encontrado.
Típicamente, los ultrasonidos se han usado para ver los órganos internos. Se usan a menudo para examinar fetos. Pero Dulchavsky y su equipo están ampliando su repertorio. Están desarrollando formas de observar los ojos, dientes, pulmones, huesos y músculos. Consideran que los ultrasonidos puede usarse para casi dos terceras partes de una lista de aproximadamente 500 condiciones médicas que hipotéticamente pudieran ocurrir en una nave espacial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario